sábado, 30 de junho de 2007

El Juego

Noté que todos mis contactos de blog ya jugaron esto; lo que me deja sin cadenas.
Así que sólo publicaré mis diez puntos para corresponder al contagio de la Yoka.



El Samy




1.- Cuando voy caminando por la calle, siempre tengo esa necesidad, ansia o súplica de que algún auto se suba a la banqueta y me atropelle. Avanzo como predispuesto a que pase eso.


2.- Me es imposible estar en una habitación o salón con la puerta abierta.


3.- No sé bailar, pero irónicamente me encanta el DDR*. Cuando tengo que bailar en algún antro, rave o derivados, uso el suelo como si fuera un tablero.


4.- Desde el fallecimiento de Damián siempre tengo una botella de tequila en el cuarto, le doy sorbos de vez en cuando. He comprado ya 3 botellas.


5.- En kinder la maestra me reprobaba porque usaba sílabas y palabras que todavía no veíamos en clase.


6.- Estoy a favor del aborto por una sencilla razón: Lo que menos necesita este mundo es más gente.


7.- Nunca puedo leer si no tengo un lápiz a la mano. Es por lo único que suspendo mi lectura, la falta de un lápiz.


8.- Mi hijo irremediablemente se llamaría Nerón, Caín, Darwin o Akenatón.*


9.- Dejé de creer en dios cuando vi el cadáver de mi perro. Tenía 13 años.


10.- Colecciono muñecas de porcelana.


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*El DDR es la máquina de baile de las flechitas que van subiendo. Conocido como Dance Dance Revolution, Pump it'up, o simplemente Maquinita de bailar.
* El nacimiento de mi hijo está sujeto al punto 6.

Porcentabilidad y Relativística


Eres mi aliento
cuando lo respiro pálido
pálido, pálido,
así, bien pálido.

Interpeto tu mente excepto cuando habla
Tú no hablas -no debes-,
eres exhalación aprisonada.

Comprendo los análisis,
prometen más;
Más menos que,
Menor que, Igual a, Mayor que.
De lo posible, lo vinculado,
me resisto a que sea verdad.
quizá verdad
quizá mentira
quizá verdad
quizá mentira
tic tac tic tac tic tac.


Pero nos gusta hacer
como que juegas en el aire

sexta-feira, 22 de junho de 2007

Hablando dél

Estarás orgullo de las cosas que dijiste

..........................................volando
¿Por qué no te puedes quedar aquí............?

Donde no campanea el viento,
donde nada nos descuerva.

Será que me imaginas arropado
como se sueñan los amigos muertos;
apenas les soplas a su vacío.

Tú pasaste las brasas y las cruces.
¿Sabes volver? Siempre lo supiste.
Era tu actitud la que nos decía que nada estaba mal,
la que sostenía mis ojos cuando todo parecía

...............................un
.......................juego
.................de
.......bajada



Y creímos que este mundo podía habitarse
¡Cómo nos equivocamos a veces!
Cuando tratamos de no mentirnos
resulta que eres tú
el guía de lo más acertado.

No quisimos ser tan lentos.

Nos tienes amando tu fuerza
y no hay forma de nutrirnos,
de arroparnos.. o damianizarnos.

¿Cómo saber
que soy yo
el
vivo?

quinta-feira, 14 de junho de 2007

d


-¿Me desnudas?
Decía una damita. De darle avisos al desvarío deseaba yo dibujar en su dorso algún diamante dilatado entre sus caderas.
-¿Me desnudas?
Era un dulce desbaratando el decoro; deseando desvestir con mis dedos disléxicos un diseño mal dotado para tan desfallecedora silueta.
-¿Me desnudas?
Distante, algo demente. La dolorosa dopamina en mi diafragma danzaba con disimulo un indecente destello como descifrando con dientes decrépitos mi desolado descenso por descubrir a esta doncella tan despegada del descanso.
-¿Me desnudas?
Como un dardo envenenado. Adecuado, definitivo, directo. Un dliema. A mi decir sólo una letra diminuta insistía por darle a aquella diva la inducción para despojarse de cada prenda o bien despedirme en un solo disparo de toda cordura para siempre.

segunda-feira, 11 de junho de 2007

Erotica II

El hombre te saluda con el placer en los labios.

Pronuncia tu nombre como quien pronuncia la pornografía;

se enreda con tus medios cabellos,

burla esa falda que ya no puede ayudarte.


Con su mano entra a tu dulce,

te acuesta en su nube artificial.

Te da un beso sonreído, penetrado,

(jadeante cordera recién robada).



Pero te sinceras...

sabes bien

que no le importa que estés muriendo.


sábado, 9 de junho de 2007

sol qui mutat

No me he movido. Puedo jurarlo. He estado viendo a la ventana casi durante un mes y medio sin moverme absolutamente para nada.

Y he visto el sol nacer. Lo he visto cuarenta veces siempre con su cara de muerto.
Pero luego veo cómo se transforma con el paso del día. Me encanta verlo mutar en algo bellísimo, algo resplandeciente, algo que vuela.

Cuando entró mi padre al cuarto. Me levantó de la mesa y me llevó a acostar.
Mientras me arropaba, le dije que yo también quiero convertirme en una Luna

quinta-feira, 7 de junho de 2007

La Familia del Futuro


Los fríos pasillos del hospital tenían al fondo un secreto. El señor Baldoza fumaba sin descanso como si aquellos cigarrillos fuesen sorbos de agua. Su primogénito estaba a punto de nacer.
Al final del pasillo, las puertas se mantenían firmes como un muro. Solo estaba Baldoza y sus cortos paseos en la sala de espera, con frío, con sus cigarros de agua.
Finalmente, y en recompensa, el doctor entró al área y con prisa se acercó al padre. Ambos paralizados, uno por esperar la noticia, otro por dársela.
El doctor, ahogado en sudor y nervios, se rascó la cabeza y en un suspiro le soltó la noticia.

- Señor Baldoza. No sé cómo decírselo pero, su hijo es un horno de microondas.

El silencio se hizo pesado. El padre quedó perplejo.

- ¿Cómo dijo?
- Su hijo, el hijo suyo es nada menos que un horno de microondas.

Imposible. Después de tanto esperar al niño, de pasar el día sin descanso, resultó que había nacido no un muchacho, sino un horno de microondas. A Baldoza se le durmieron los labios y dedos. Todo el silencio en el hospital se enfocó en el confundido hombre.

- Bueno y… ¿y ahora qué hago?
- Sepa que su esposa está bien. Vaya a verla, caramba. Vaya.

Con prisa, Baldoza dejó atrás al doctor y caminó el pasillo. los pasos se le hacían cada vez más precipitados y en su cabeza la palabra “microondas” resonaba con angustia.
Cuando Baldoza entró a la sala, vio a su mujer recostada en la cama, con el cuerpo cansado y la vista medio muerta.

- ¿Cómo estás?
- Bien
- ¿Qué pasó?

La mujer sin responder nada cabeceó hacia la mesa del frente. Un pequeño horno de microondas se mostraba brillante y austero junto a la ventana, ahí en la mesita del cuarto.

- ¿Qué quieres que te diga? –Suspiró la mujer- Tenemos por hijo a un horno de microondas, y eso es todo.

Mientras Baldoza se acercaba despacio a la mesa, pensaba qué es lo que había hecho mal, qué clase de broma era ésa. ¿Cuántas parejas alguna vez le dieron luz a un horno de microondas? Baldoza no lo podía creer. Llegó al aparato,
veía a su mujer quien seguía dentro de algún trance, y luego levantó el microondas.
La mujer guardaba silencio, y el señor Baldoza, avergonzado, giraba lentamente el electrodoméstico entre sus manos revisándole cada esquina, le torcía la perilla, le abría la puertita como buscando algo en el horno de microondas que le gustara.

- Es sólo un horno de microondas –murmuraba- ¿por qué un horno de microondas?


Acuerdo



-Te amo aunque seas abstemio.

-Te amo aunque seas virgen.


quarta-feira, 6 de junho de 2007

El Espantapájaros



No sé, me importa un pito que las mujeres

tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible-
no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar, pierden el tiempo las que pretendan seducirme.

Ésta fue, y no otra, la razón de que me enamorase

tan locamente de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entrega y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese volando
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"
y a los pocos segundos
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.

Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia

que nos aproximara al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles. Y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.

¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera!

aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes,
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender

la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.


Oliverio Girondo

Lenguetas

Valle, barranco, precipicio, túnel, rincón, cavidad, secreto, portal, academia, obertura, boca, vicio, escondite, pradera, limbo, pecado, paraíso, cáliz, alcoba, flor, velo, sarcófago, agridulce, fruto, sepulcro, balcón, ventana, sorbo, pozo, cauce, potencia, loba, ave, corola, océano...


¿De qué otra manera podría nombrar tu sexo?

terça-feira, 5 de junho de 2007

Erótica I



Te parasito,
Me dejas.
Hueles a gusanos.


Eres la figura que pinto en mi cama
¡Mira todo el sexo que has derrochado!


Me parasitas,
Te dejo.
Huelo a gusanos.

segunda-feira, 4 de junho de 2007

Fábula



Una vez
alguien me dijo
que yo era como un cuervo.
Sólo a mi madre no le pareció la idea.



Desolante

¿Qué será, Sombra, mi Sombra, que no llevamos ningún camino?
Será que sólo tú llenas mis pasos

¿Qué será, Sombra, mi Sombra, que a tus dolores los admiro?
Será que puedo leer tus labios

¿Qué será, Sombra, mi Sombra, que no me sueltas ni un poquito?
Será que la existencia nos cubre de abrazos

¿Qué será, Sombra, mi Sombra, que estamos tirados tú en tu suelo y yo en el mio?
Será que de negro te ensiluetas y yo contigo me entrelazo

¿Qué será, Sombra, mi Sombra, que somos un aborto del paraíso?
Será, que ni me dejas volar ni me arrastras por los campos

¿Qué será, Sombra, mi Sombra, que eres tú quien me crea y no como yo te imagino?
Será que de noche somos omnipresentes y estamos remendados

¿Qué será, Sombra, mi Sombra, que besarnos sería besar la inmundicia del piso?
Será que algún día también tú te cansarás de caminar a mi lado
La niña que acaricia mi cuidado.

¿Muñeca? sí, sí. La indeleble con sentido de muerte,
imprescindible, inefable. Tal vez un cuento de plástico reservado.

Entonces se llamó Umbra y con ella
la oscuridad sobrevino en sus distintas caras.

Las leyendas que abrazan su cabello tienen por corazón a una madre omnipresente;
ceguera penetrante.

La muñeca no está fría ni excenta del miedo.

Es ella la que hoy se indirecta en ti a manera de ocio.