sexta-feira, 27 de julho de 2007

Tarántula voraz

De fumadores compulsivos, un tono de Do ¿qué voy yo a saber de logica y coherencia?
Ese hombre es un ser erradicado que se desprende de paredes mojadas,
un poco más grande que dios, sanguijuela parlanchina.
Lo he visto, y no es necesario.

Sí, un toque del opio más real del mundo,
ese que se entrega al fuego como el gran amante del terror.
El que fantasea con fusibles usados -le gusta saberse útil-
pero no se quema, no se rompe en la cama del vivo.

Se acuerda de ti, te exhuma los pecados;
por eso te bebe, por eso se entera
porque es un complejo ventrílocuo de pocas neuronas
y sin embargo altamente efectivo.

Es como el viento en mis pulmones,
una tarántula que habré olvidado en ese bar de tu beso intrínseco.
¿Beso? Quince centavos la noche y tal vez una sonrisa del tipo Cadaveria.
y por mas relámpago que desaten mis homúnculos y sonideros,
definitivamente, estoy seguro,
no se trata de un dios necesario.

quarta-feira, 18 de julho de 2007

Muñeca Láctea

En la fiera noche, muñeca, me sabes a intriga.
Tus bestias del secreto, embriagados me dan risa.

¿Dejarás de ser postura de salva, invacía,
desnudez inconclusa como tu existencia vestida?

Como tus labios tiesos -tu sonrisa infinita-
Fenoma aparado, trago infantil de un buen tequila.

¿Cómo negarle al mundo que hablas y caminas?
Si eres abrazo de sal, mirada en almíbar

Que en cada aleteo, muñeca, te pareces a una mujer-niña
y por cualquier pretexto, muñeca, junto tu alma con la mía.

segunda-feira, 16 de julho de 2007

Manuelita, la señora de las empanadas

Una noche, después de clase, llegué a casa pensando en la tarea que nos había encargado el maestro de Cuento esa noche:

"platicar con alguien que casi nunca frecuenten hablarle y elaborar un cuento con lo que les hayan contado. Algún vecino, un primo, el que ustedes quieran, pero tienen que sacarle una anécdota y redactarla".

Sin encender las luces me senté en la sala pensando con quién podría platicar de tal modo que me diera material para llevarle la tarea al profesor.

Cansado de no llegar a ninguna conclusión, me levanté por un café, cuando tocaron a la puerta. Era una anciana que había yo visto platicar con mi madre en la cocina comiendo empanadas de vez en cuando. Era de esas mujeres gorditas medio calvas que se tiñen el pelo castaño, huelen a chimenea y siempre llevan falda negra y blusa pistache de flores moradas.
La señora preguntó por mi madre. Amablemente, y fingiendo que me podía, le dije que no estaba.
Cuando estábamos por despedirnos, la mujer me detiene antes de cerrar la puerta.
-Oye, m'ijo. Tú eres el mayor de la maestra lily, ¿verdad?-
-Sí, señora-
-¿Eres el que está ahí en filosofía?-
-Lo soy-
-Entonces a ti te gusta todo eso de escribir, ¿verdad?-
-Sí, señora. Más o menos de eso es mi carrera-
-Ah, es que sabes que tu mamá me platica mucho de ti y dice que te gusta mucho la poesía. Tengo una poesía que escribí hace muchos años, que dice así...

La mujer, algo nerviosa, comenzó a recitar un poema sin dejar de sonreírme. Lo declamaba a velocidad, respirando de párrafo en párrafo, sin titubear en ningún verso. El poema aquél estaba ahogado en lugares comunes, repeticiones constantes e imágenes aburridas, pero la señora brillaba con su magnánima obra y me la ofrecía a corazón abierto.
Cuando acabó, no pude más que felicitarla. Me hizo recordar lo que yo escribía a los catorce años, pero jamás, ni por error, los hubiese memorizado y mucho menos declamado a un estudiante de literatura en la puerta de su casa.
Después, aún sonriendo, me preguntó:
-¿Por qué crees tú que a los artistas como nosotros nos guste hablar las cosas que sentimos tan adentro?-

Al principio no supe si se refería a un nosotros del tipo tú y yo o a un nosotros del tipo yo y los demás; con timidez bajé la cabeza, le dije lo que ella quería escuchar y nada más. Sonrió al verse alentada e inmediatamente comenzó a declamar un segundo poema.

Cuando acabó, se me ocurrió hacerle la propuesta más despiadada que he hecho en mi vida:
-Sabe, señora, yo laboro en una revista literaria donde publicamos los textos de las personas. Debería enviarme su poema para ponerlo en esta revista y que todos puedan conocerlo-

Muy animada, aquella muejr me respondió:
-¡Ay! Qué bueno, m'ijo, qué bueno. Para que el mundo sepa que Manuelita, la señora de las empanadas, también sabe escribir poesía-


Al maestro le gustó mucho mi trabajo.

quinta-feira, 12 de julho de 2007

Derrota

Dos soldados caminaban por el desierto de regreso a su campamento.
-¡Perdimos la guerra!
Se quejaba uno.
-Amigo... -responde el otro-
peor fue cuando perdimos la paz.

terça-feira, 10 de julho de 2007

Nevermore... Doh!

*La parodia omite algunos pasajes del texto original, supongo yo por cuestiones de tiempo en la caricatura.
*La pelea entre el personaje y el cuervo no existe en el texto original.



...
-Don't worry Bart. You won't learn anything.
It's called The Raven:

Once upon a midnight dreary, while I pondered, weak and weary,
Over many a quaint and curious volume of forgotten lore,
While I nodded, nearly napping, suddenly there came a tapping,
As of some one gently rapping, rapping at my chamber door.
"'Tis some visitor," I muttered, "tapping at my chamber door,
Only this, and nothing more."

-Are we scared yet?
-Bart. He's stablishing mood.

Ah, distinctly I remember it was in the bleak December,
And each separate dying ember wrought its ghost upon the floor.
Eagerly I wished the morrow; vainly I had sought to borrow,
From my books surcease of sorrow, sorrow for the lost Lenore,
"Oh, Lenore". For the rare and radiant maiden whom the angels name Lenore,
Nameless here for evermore.

And the silken sad uncertain rustling of each purple curtain
Thrilled me - filled me with fantastic terrors never felt before;
So that now, to still the beating of my heart, I stood repeating,
"'Tis some visitor entreating entrance at my chamber door,
This it is, and nothing more."

Presently my soul grew stronger; hesitating then no longer,
"Sir," said I, "or Madam, truly your forgiveness I implore;
But the fact is I was napping, and so gently you came rapping,
And so faintly you came tapping, tapping at my chamber door,
That I scarce was sure I heard you", here I opened wide the door;

-This better be good.

...Darkness there, and nothing more.

-You know what would been scarier than nothing?
-What?
-Anything!

Back into the chamber turning, all my soul within me burning,
Soon again I heard a tapping somewhat louder than before.
"Surely," said I, "surely that is something at my window lattice:
Let me see, then, what thereat is, and this mystery explore.

Open here I flung the shutter, when, with many a flirt and flutter,
In there stepped a stately raven of the saintly days of yore;
Not the least obeisance made he; not a minute stopped or stayed he;
But, with mien of lord or lady, perched above my chamber door,
Perched upon a bust of Pallas just above my chamber door,
Perched, and sat, and nothing more.

"Though thy crest be shorn and shaven, thou," I said, "art sure no craven, ghastly grim and ancient raven wandering from the Nightly shore,
Tell me, tell me what thy lordly name is on the Night's Plutonian shore!"
Quoth the Raven: -Eat my shorts!

-Bart, stop it! He says "Nevermore." And it's all that ever says.
-Okey, okey.

Then methought the air grew denser, perfumed from an unseen censer "Doh!... censer".
Swung by Seraphim whose footfalls tinkled on the tufted floor.
"Wretch," I cried, "thy God hath lent thee- by these angels he hath sent thee,
Respite - respite and nepenthe, from thy memories of Lenore!
Quaff, oh! quaff this kind nepenthe and forget this lost Lenore!"
Quoth the Raven, "Nevermore."

"Be that word our sign in parting, bird or fiend," I shrieked, upstarting
"Get thee back into the tempest and the Night's Plutonian shore!
Leave no black plume as a token of that lie thy soul hath spoken!
Leave my loneliness unbroken! - quit the bust above my door!
Take thy beak from out my heart, and take thy form from off my door!"
Quoth the Raven, "Nevermore."
"...Take thy beak from out my heart, and take thy form from off my door!"
Quoth the Raven, "Nevermore."

You little!
Oh, oh...



And the Raven, never flitting, still is sitting, still is sitting
On the pallid bust of Pallas just above my chamber door;
And his eyes have all the seeming of a demon's that is dreaming,
And the lamplight o'er him streaming throws his shadow on the floor;
And my soul from out that shadow that lies floating on the floor,
Shall be lifted - nevermore!

Hahaha...




segunda-feira, 9 de julho de 2007

La Importancia del Acento


Definitivamente existe mucha gente de habla hispana que no sabe las reglas (sencillas, por cierto) para saber si una palabra se debe acentuar o no. Y es que se le tiene un miedo exagerado a escuchar de las agudas, las graves, los diptongos, las excepciones, aunque la verdad sea dicha, es muy sencillo aprenderse estas reglas y sobre todo aplicarlas correctamente.

Tal vez estas aversiones se deban, en gran medida, a que los maestros en la escuela presentan estas clases de una manera tan aburrida que terminan haciendo que no nos interesemos y al pasar el tiempo, cuando estos conocimientos se vuelven importantes para el desarrollo de nuestros trabajos con entero profesionalismo, no creemos que sea tan trascendente un acento... -de todos modos ese trabajo lo hace la secretaria-, cuando muchas veces la secretaria piensa que, si de esa forma lo hace el jefe, significa que es lo correcto. Me ha tocado ver, a todos los niveles y en todo tipo de profesiones, textos escritos con errores de acento imperdonables que incluso pueden cambiar el significado de una idea. Existen palabras como "esta" que puede ser acentuada como aguda (tilde en la letra a), como grave (sin tilde) o como una de las excepciones (poniendo tilde en la letra e cuando se trata de pronombre). Por cierto, y para dejarlo claro, palabras como este, esa, aquel, solamente se les pone acento cuando fungen como pronombres personales.

Por otra parte, hay palabras que nos encanta acentuar aunque no lleven acento. Algunos ejemplos de estas palabras son: imagen, orden, dele, ti, fin. Estas palabras nunca llevan acento y casi siempre las vemos acentuadas, mientras que vemos forceps, biceps, van sin acento, porque cuando crees aplicar la regla correctamente, al saber que las palabras graves que terminan en s no llevan acento, y olvidas que esas dos son las excepciones (junto con los pronombres que ya mencionamos). Los doctores, ingenieros, abogados y muchos otros profesionistas consideran que al no ser ellos especialistas en el lenguaje, no se les debe exigir que escriban perfecto, pero incluso a diario vemos una serie de anuncios publicitarios con graves errores.

Lo peor es que quienes leemos estos mensajes con errores, vemos el momento perfecto para aclarar nuestras dudas sobre si la palabra lleva o no lleva el acento, y si la vemos publicada, entonces nos aseguramos que de esa foram es como se escribe correctamente. Por ende, las publicaciones deben ser hechas por especialistas en el lenguaje.

Estamos llenos de revistas que al publicar errores fortalecen nuestras convicciones equivocadas sobre si una palabra lleva acento o no. Es por eso que reporteros, escritores, correctores, secretarias y toda la gente involucrada en la parte editorial (revistas, diarios, folletos, libros), debemos poner especial cuidado en nuestro trabajo para no confundir al lector. Es parte de nuestra responsabilidad social fomentar la correcta escritura de nuestro idioma, aunque en otras partes del mundo nos pongan trabas para poder lograrlo.



Es tan malo poner acentos en las palabras que no llevan, como no ponerlo en las que llevan; pero si quieren evitarse mayores problemas y latas, yo les recomiendo que hagan lo siguiente:

Para no regarla y para que no se vean mal, utilicen solamente palabras que no lleven ni acento ni tilde, Tal como lo hice yo en todo este texto.




terça-feira, 3 de julho de 2007

Timor Mortem in A Mayore

- La muerte, doctora. La muerte tras mi puerta
- ¿Cómo dijo? ¿herida? Será una muñeca.
Nada, señora. Los números ni los mueva.
- ¿Y si me pierdo? ya no encontraré quién me quiera
- Déjese de bobadas y cierre las piernas.

- ¿No sabe? escriba "muerte" y pronuncia "tragedia"
- ¿Error dice? No haga caso de lo que piensa.
- Digo un momento que parece un trabalenguas.
A veces se toma un cigarro o fuma una cerveza,
Pero debería estar con sus muertos dos metros bajo tierra.
- ¿A quién se comió usted, señora? ¿a su esposo? ¿a la mesa?
¿No podría esperar unos minutitos a que ponga la cena?
- No, doctora. La huesuda me está esperando afuera
¡Mírela! Nos toca tres veces, -tan tan tan- y nadie se da cuenta.

- A la muerte le gusta reírse ¿Qué colores frecuenta?
- Todos: Chihuahua, los faros, Bukowski. Lo que sea.
Cuando estás cansada pasa junto a ti y dice "¿me dispensa?"
y una toda idiota, toda lenta,
una levanta los hombros como diciendo "no es molestia"
¡Ah! Pero la parca se la sabe y no espera otra respuesta.
Alza su cuchilla, te rebana el alma y la muy puta se la lleva puesta.

Yo no la dejo pasar, doctora. Hago como sordaciega.
Cuando grita mi nombre, escapo por la puerta trasera.
Caigo entre plantas, entre sales, entre arenas,
pero la muerte no me agarra, doctora; Ah no, ...primero muerta.