terça-feira, 30 de julho de 2013

Shingeki no Kyojin y el pánicodio: Apuntes sobre la afronta al miedo.



Morir es una costumbre que sabe tener la gente.
-Manuel Flores.

Cuando me plantearon la trama de Shingeki no Kyojin (しんげきのきょじん: El ataque de los titanes, Anime: 2013) me dio una idea de espíritu épico a la Age of Empires medievalón y heroico. Pero como a todo, decidí darle una oportunidad y terminé por ver toda la serie.
Si acaso me maravillé primero por la calidad de sus 'trazos', hubo algo en la construcción de personajes que me atrapó cautivó al grado de preocuparme por ellos y por sus destinos.

Shingeki no Kyojin es, a secas, un "tower defense"/ánime: En un futuro distópico la humanidad ha sido exterminada por unos gigantescos seres humanoides surgidos de la nada y que han reducido el territorio humano a los confines de una modesta ciudad amurallada. Ahora, la humanidad dedica sus días a mantener el perímetro intacto y a vivir en paz dentro de esta burbuja de concreto. Luego de cien años, un Coloso perforó la muralla y la humanidad se vio en la urgencia de combatir dentro de su propio terreno ante la invasión de estos seres descomunales que devoraban todo a su paso.
A mi ver, la trama es sencilla, comprensible e interesante, sin embargo creo que no es la acción del combate a lo que el ánime apunta; las peleas entre titanes y humanos son ágiles, trepidantes e intrascendentes en comparación al peso que se le da a los personajes involucrados: diminutos y muertos.
Sin ahondar demasiado en la anécdota, es evidente que Shingeki no Kyojin es, en realidad, un drama melancólico acerca de los conflictos de ser un peón destinado a morir. La muerte es el verdadero enemigo en esta historia, los titanes son acaso el móvil que la lleva ante los ojos abnegados de esos indefensos humanos quienes no tienen otro remedio más que observarla y recluirse aún más profundo. Los titanes avanzan con muecas congeladas, sonrisas incómodas, cuerpos humanoides, y carecen de toda habilidad cognitiva que no sea la de comer gente... ¿igual que los zombies? así es, pero a diferencia del zombie, estos monstruos son gigantescos, sonrientes a lo Gato Chesire y no guardan ninguna relación con la sociedad humana; no obstante, su función es la misma: obligar al hombre a encarar la muerte, la muerte absoluta, en maremoto, mucho más grande que ellos.
La relación titan-zombie está pues basada en el temor a la muerte genuinamente abrumadora. Por tanto, Shingeki no Kyojin acierta cuando apuesta por la introspección del soldado enviado a su muerte irremediable de manera tan desconsiderada. Constantemente los soldados se cuestionan si morir es acaso importante, si su deber es más grande que su vida, o si la humanidad les está agradecida: ¿Qué significo yo como persona? ¿Es tan fácil deshacerme de mí? ¿Acaso la aldea me lo agradece? Numerosos cadetes le dan la espalda al compromiso y regresan a casa, mientras que otros, con ojos cristalinos y puños cerrados, lamentan las bajas de sus colegas y se comprenden como carnada prescindible. Ello provoca que los personajes entren en profundas reflexiones y charlas internas que concluyen siempre en cuestiones de honor, sacrificio, y perseverancia.


La muerte en Shingeki no Kyojin es también un motor de pelea impulsado tanto por el miedo como por el instinto de supervivencia. Los horrores que atestiguan los seres humanos al mirar de qué forma un titan mastica a sus seres queridos, impregna a los soldados de algo así como un "pánicodio" que los lleva a reflexionar sobre el valor del individuo y su lugar en la comunidad. La problemática que representa "ser enviado a morir" es mucho más trascendente que, incluso, la propia raza humana. Cuando un compañero observa cómo un titan devora a un compañero (cómo la muerte devora a un compañero), entra en un letargo contemplativo, casi filosófico, sobre la maldad sin sentido, la vida sin significado, la guerra sin victoria.



Shingeki no Kyojin no hace más que explorar los procesos mentales del soldado que combate algo mucho más poderoso que él. Armin, personaje más llorón que la Chilindrina, está siempre debatiendo sobre la responsabilidad, la amistad y el agradecimiento a los soldados caídos. Mikasa es una Michelle Rodríguez imperturbable, y ha lidiado con el rostro de la muerte con una personalidad congelada que apenas entiende que está enamorada del personaje principal Eren. Así sucesivamente, cada soldado, sin importar su rango, tiene maneras de afrontar la muerte como no se expresa en otras series o videojuegos que aborden el tema bélico. Hay una escena donde un alto general ordena ejecutar a un importante elemento de su guardia por el miedo que le tiene, en lugar de pensarlo como una herramienta capaz de combatir a la par contra los titanes.
El tema da mucha tela para cortar, pero siempre llega en función de la muerte. A veces, como mencioné antes, tengo la impresión de que estos titanes son otra forma de zombies insaciables y enigmáticos, con una semejanza descompuesta al cuerpo humano, incapaces de negociar, organizar o fundamentar su embestida. Aquí, el titan es una mezcla entre SlenderMan, Jason Voorhees y Polifemo disfrazado de horda zombie, con sonrisa cínica, ojos alegrados de muerte y, naturalmente, falto de aparato reproductor.


Pelear contra estos abrumadores enemigos es para unos, la deuda que se tiene a las familias y a los seres queridos dentro de la ciudad. Para otros es una prueba divina de su valía como seres humanos, mientras que unos más consideran al titán como el fin absoluto e invencible. El sacrificio es la constante en Shingeki no Kyojin y por tanto, sus personajes están mentalmente atrapados en un limbo entre el miedo y el deber, el olvido y el reconocimiento, el morir o el ser. Lo que el ánime plantea es que enfrentar a la muerte es en realidad ser.


sexta-feira, 19 de julho de 2013

Nunca ComicSans... a menos que seas Deadpool.

El tema del Comic Sans ha sido tan discutido que se ha convertido en un meme de la red. Y no es por poco; si pensamos en su origen, ComicSans es un chiste contado al revés, es la fuente que se burla de sí misma, es la cursilería de los pensamientos cursis. Es ComicSans.

Para quienes saben, ComicSans es un residuo que Microsoft terminó abandonado entre sus fuentes disponibles (gratuitas) de Office Word porque, pues, ya se había pagado por ella. Es una fuente tan residuo que ni siquiera está completa en nombre, es decir, no sirve ni para diálogos de cómics. Es una tipografía torpe, descuidada, gorda y con cara de niña mimada, tan es así que, justamente, son las niñas torpes descuidadas y mimadas quienes usan más esta fuente, porque dice las cosas de un modo dulzón, como quien le pone un "xDD ntc" a cada una de sus letras:



¿Y entonces culpamos a las niñas cursis tipo Metroflog de esto? No podemos culparlas de la existencia de ComicSans pero sí por su abuso en internet; o dicho de otro modo, por ser estos niñatos y señoras principiantes quienes no terminan de jalar el cable que mantiene al monstruo vivo. Por supuesto existen peores fuentes en el mundo, como la Curlz o, Dios nos libre, Creepy-Regular. El problema radica en que vemos ComicSans en cada anuncio, mensaje, publicación y revista; bástese decir en Facebook para decir que la vemos a diario. De modo que cansa, se vicia, provoca quejas, nos hacen recordar que una fuente así existe, y que además comparto el aire que respiro con gente que la usa.

No podría ahondar por el lado de su diseño porque no soy diseñador, pero sí soy lector, y como lector, ComicSans es casi como ir por las curvas del perico en renglones rechonchos y amielados. El problema radica ahí, que no se respeta al lector, ni al mensaje, ni a la letra escrita. Se superpone un "qué bonito se ve" sobre un "qué bonito se lee", como una camioneta chingonsota pintada de rosa mexicano, o un poema bañado de emoticones. Podrías escribir tu carta de suicidio con esta tipografía y no se te tomaría en serio.



Si soy honesto, me gusta hacer argüende por ComicSans porque, como ya he dicho, es una fuente de chiste, se presta para el cotto, ni modo que me ofenda. Lo cierto es que esa fuente, chillante si tuviera color y chillona si tuviera voz, es el resfriado común de las tipografías, la tía gorda que te jala de los cachetes, el primo llorón que mueres de ganas por coser a coscorrones. No seas esa persona frente a quienes reciben tus mensajes, no hables con tono mimado y torpe, no insultes la inteligencia del intérprete de tu código... a menos que seas Deadpool.









¿Y por qué Deadpool?
Dudaba en meter este tema aquí por ser otra cosa, pero ya encarrerado el ratón...
Deadpool es un anti-héroe de Marvel que recién sacó un juego para la tríada Xbox, PS3 y PC. Lo más atractivo, a mi ver, de este bufón del cómic es su súperhabilidad de romper la 4ta pared, es decir, a diferencia del resto de los personajes, Deadpool se sabe dibujo de historieta, puede dirigirse al lector, mira los globos de diálogo, señala las viñetas en la página. Su videojuego es igualmente una mofa del superhéroe, y de paso, al videojugador: "Alright player, buttons do stuff, congratulations, you've got it. Can we move along? I can't wait to fight the final boss!". Deadpool se burla de los estándares de los juegos y construye un mise en abyme para hacer hincapié en clichés, gameplays, censuras y escenas de acción al grado de parodiar dichos elementos. De modo que, para burlarse de los menús, tips, diálogos y mensajes dentro del juego, Deadpool utiliza acertadamente ComicSans, a sabiendas que es, en efecto, la fuente del chiste mal contado.
Por eso le va bien al juego, casi parece que ComicSans forjó su historia patética para terminar en los menús de un juego que recompila todo lo patético y lo hace ver atractivo, o mejor dicho, agradablemente incorrecto. Le aplaudo a Deadpool por la broma, porque sólo así puede usarse esta fuente: en la broma, la guasa, el chiste, el stand-up que termina con remate de batería. Turum-pss!! y sus bien merecidas risas grabadas.


sexta-feira, 12 de julho de 2013

Sea amable con los mirreyes

Quiero primero, para desentenderme del problema prejuicioso que eate apartado pueda parecer, explicar que juego a ver, siempre, juego a ver, y no pasa de eso.

Decir de un mirrey: cadenas, bigote, mamalón y corte militar es rayar en el prejuicio. Eso sí. Al mirrey hay que verlo, apreciarlo, divertirse a consta de él tal como lo quiere. Decir mirrey por su vestimenta es decir falso, es quedarse fuera del juego; venga gente, hay mucha más plastilina en ese bote. El mirrey quiere notarse y por Dios hay que notarlo que mucho esfuerzo le cuesta. Hagámosle pues el favor.

Identificarlo es apenas la primera fase para divertirse. El Round 1 donde el boxeador conoce a su contrincante: Camisa corta porque el mundo merece sus biceps, botas genéricas pero chidas como converse a los hipsters. Cabello a ras porque así lucen sus bellos ojos tabasqueños y su tez criolla como la mía pero más "wáchala morro soy un morenazo" y menos "tú eres un pinche prieto muerto de hambre". Acinturado porque es bien macho pero con esclavas doradas en las muñecas porque también tiene clase. El mirrey irá acompañado de sus compás  porque invariablemente no hay quien se resista al macho Alfa de la mesa.

Con buena suerte estarás sentado cerca de él. Con mala también. El mirrey te hará saber, seas quien seas, valgas lo que valgas, que aquí el jefe es él. El poder de su risa estruendosa acabará con toda algarabía, su fortaleza física hará creer que está sobre los guardias de la entrada, y probablemente así sea, digo, ¿qué guardia de entrada has conocido tú que tenga semejante sentido del humor?
Los mortales que no lo vieron llegar se han perdido del espectáculo que es verlo en su auto: un eclipse, una lobo, un mustang, un grand-am. Uno que valga doce veces tu salario y no puedas explicarte por qué. ¿y entonces para qué viene a este sport bar de gente tan pinche como yo? Pues a ser alguien, a qué más. ¿o tú crees que sabe algo más que un equipo se llama América y que el otro Cruz Azul? Por favor, tiene un IPhone Galaxy S3000 5, ¿qué tiene el mundo que decirle a él?

Sin embargo sabe que no es suficiente. Sabe que la mesa de allá no alcanza a ver su teléfono. Por eso hay que gritar, hay que invocar tu atención: AAAAAHHH NOMAMEES WEEY. HAHAH A HUEEVO CABRÓN, SIMOÓN. Y eres cautivado por su presencia. El golpe fuerte viene cuando suena la banda -cualquier banda- y entonces no puedes más que admirar su cualidad de mexicano que no ha sido descubierto: *tuba* bubibi.. AAAY-AY-AY-AY-AY-AY-- AAAAAAHAAAH AHAHAHAYYY YI- YI-. Hombre pero qué talento, ¡enseguida de mi mesa! Dios, soy tan agraciado.

La party en la mesa del mirrey no la verás en ninguno de tus cumpleaños. No hay quien sea tan alma fiestera como el guapote tamal de ahí enseguida. Uno canta por alcohol, él canta porque toda su vida es un pinche desmadre de los de acá wey, cabronsotes chingones.

Con suerte si la situación se presta, platicará contigo, o más bien hablará para ti. En ese momento serás su fan, y te jodes. Deberás abrir los ojos en admiración cuando te diga que ha tenido un cuerno de chivo en sus manos, que conoce a la arrolladora, que se puso bien locote, que parte madres. Que maldita sea tu suerte de no ser él.

La necesidad de eclipsar la noche así a la sorder es mucha, y es una cosa difícil. Por favor sea amable con los mirreyes, uno nunca sabe cuán necesitados de vida puedan estar.

segunda-feira, 8 de julho de 2013

...y no encontré ningún pretexto

Luego de muchos ayeres.
Dineros, enfermedades, éxitos, fracasos, viajes y desviajes. Recapitulo el archivo que bloggear representa y veo con tristeza las telarañas aquí anidadas.

Hoy a plenas 5 de la mañana que no puedo dormir por las constantes dudas que bañan mi rutina me escondo en este recondísimo plano que apenas existe porque el internet es grande.

Regreso a él porque el mundo quiere seguir jugando conmigo, me recuerda que me toca tirar, mover la pieza. Salir de este jaque de dos años.

Me recuerda por qué escribo en primer lugar, y por qué vivo en segundo.

Si echo el terrible vistazo atrás, notaré que voy caminando por un muy estrecho pasillo de puertas cerradas. Que las muñecas me apretujan, que duele ir creciendo en un pasillo cada vez más angosto. Que este fin no tiene cabida para muñecas.

Por suerte, tengo fe y esmero. Y tengo gente buena que me dicen que primero escriba y que luego me preocupe; y eso si queda tiempo.

Ya soy otro. Literalmente cambié de células orgánicas y, en teoría, nací ayer.

Hola mundo.