quarta-feira, 1 de abril de 2009

Conocí a un joven de ¿qué serán? unos 19 años; alto y espigado, de gran belleza oscura tipo griega, abundante cabellera naturalmente rizada que adornaba un rostro ovalado, una nariz recta, boca dibujada firmemente y unos ojos negros en los que habitaba una mirada asuente y sombría.
Había en él un no sé qué de etéreo y si bien por momentos lo acometía un entusiasmo súbito y fugaz, la mayor parte del tiempo lo predominaba el ensueño.

¡Pero sus manos! Dios mio. Cuando conocí sus manos y lo que éstas eran capaces de hacer, no hizo falta saber de él nada más.






4 comentários:

Samuecchi disse...

hay despues le arreglas la horrorgrafia hahahah =p

espero que te haya gustado. hay luego te enseno mas. Muchas Felicidades en tu dia muneco!!!1 .kiss

Eva Bertlen disse...

ay deidad. Qué miedo.

Mientras tanto, saludos.




A quien quiera que los reciba.


Paz

Sonia Ló disse...

ah vaya ya decia yo

Valeria disse...

Tocaba algun Instrumento?