quinta-feira, 6 de agosto de 2015

Review: Ender's Game

Ender's Game Ender's Game by Orson Scott Card
My rating: 2 of 5 stars

Un niño de 6 años sufre bullying y es agredido por su familia hasta que llega un comandante de alto rango y lo convoca para ingresar a una escuela muy especial donde demostrará que es el mejor de todos, es "El Elegido". Más tarde, y a muy temprana edad, comandará a un grupo de jóvenes estudiantes para ir a una guerra que en realidad ocurre internamente en la escuela. Así se gana el respeto de todos y pasa a la Historia como el mejor que jamás haya existido.

Básicamente, Harry Potter en el espacio.

No en muchas ocasiones vemos cómo un personaje protagonista desencaja tanto en la ambientación planteada. Ender, un joven maravilla, adelantado a su época, una mezcla de Messi con Pelé con Maradona de 6 años, rompe todos los esquemas y récords establecidos desde hace siglos en una institución estrictamente militar. Me cansé de contar las veces en que el narrador incluía la frase "Nadie había logrado eso antes" cada vez que Ender levantaba un dedo. Era muy incómodo ver que en una página, Ender era agredido e insultado por ser diferente, luego en la siguiente página, enaltecido y alabado por -literalmente- chocar contra la pared. En la siguiente página un comandante de alto rango lo amenaza; párrafos más abajo obtiene el respeto de todo el universo así sin más. Pareciera que el autor no sabe qué hacer con su personaje, cómo ubicarlo en una problemática a su altura, o qué comportamiento deben tener los demás personajes hacia él. Ender no pertenece. Es Superman porque trae capa.

Al autor se lo comen las ganas de crear a un modelo perfecto que surgió desde las peores alcurnias, que ha sufrido a lo largo de su vida para llegar al punto más alto. No estoy en contra de la idea, pero el modo en que se lleva la narración es absurda. Es como si, para llegar hasta arriba, Ender hubiese tomado el elevador y listo. La premisa de que, por ser el tercer hijo, es denigrado y menospreciado, tiene cierto potencial, pero se pierde en una serie de logros fáciles, medallas gratis, admiración por cada palabra que enuncia. En una escena de entrenamiento, Ender obtiene el 100% de efectividad porque no hizo nada durante todo el combate, es decir, y literalmente narrado, no recibió ningún tiro ni falló ningún disparo y por tanto, cero errores... hay mejores algoritmos en una calculadora de cereal.

La anécdota está trabada por inconsistencias así, de situaciones muy contrarias y cercanas entre ellas. De sus compañeros, unos se le arodillan y otros lo agreden en un claro intento de resaltar la perseverancia del muchacho. Pero Ender no es astuto, ni ingenioso, ni siquiera empático. Todo lo que ocurre a su alrededor da vueltas y ocurre fortuitamente, mientras él se queda estático y aburrido en el centro, como si estuviera en una ruleta donde a veces le sonríen y a veces le hacen mala cara.

El secreto de una buena novela es, creo, la evolución del personaje en conjunto con la anécdota y el entorno a lo largo de una narrativa creativa. Aquí, cada elemento lleva su rumbo en una ficción por momentos estúpida (por ejemplo, los hermanos de Ender se convierten voceros de la justicia y mueven masas internacionales por medio de publicaciones y comentarios en internet). Falta terreno verosímil, faltan personajes acordes al contexto, falta construcción de situaciones incluyentes. Falta entender que Ciencia ficción no es lo mismo que Fantasía.

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