Llevo viviendo en Las Granjas por casi ya 6 años. Durante este tiempo me he dado cuenta que esta colonia en particular está plagada de pordioseros, talleres mecánicos, abarrotes (o taniches, pal Toto), y de la enfermedad de las vacas locas; afortunadamente para muchos no hay vacas en cincuenta kilómetros a la redonda, pero la enfermedad les juro que aquí está.
En fin, una tarde estaba yo viendo la televisión en casa, cuando tocaron la puerta. Nunca contesto el teléfono ni abro la puerta de mi casa, pero mi padre me mandó abrir, ya que no había nadie más.
Se trataba de una mujer, una mujer jodidísima. Gorda, con dientes de caballo, cabello descompuesto y ropa gastada.
Cuando le hice ademán de ¿qué se le ofrece? (lo cuál obviamente ya suponía, pero hay que seguir el protocolo), la mujer sonrió de modo avergonzado. La sonrisa más fea y más introvertida que haya yo visto. Entonces balbuceó: "ej que... ej que yo..... ej que......... ej que no cuedo.... no.. cuedo...... ej que yo .......... no cuedo ......... no cuedo...".
Subía y bajaba la mano por su rostro como diciendo (o como yo entendiendo) que tenía parálisis en la cara, sin dejar de sonreír, o mejor dicho, de estirar los labios de izquierda a derecha.
"No le entiendo, señora" dije amenazando con cerrar la puerta si no me demostraba que darle mi tiempo era más importante que ver Mythbusters.
"Ej que mi ejpo.... mi ejpojo..... ej que..... no cuedo ......... mi ejpojo...... ej mi ejpojo....."
Entonces me tendió un papel que traía consigo. Lo tomé dando por hecho que se trataba de los clásicos discúlpeme, soy sordomudo, por favor ayúdeme con una cooperación y que dios lo bendiga hoy y siempre.
Para mi sorpresa, el papel no decía eso; se trataba de la copia de la copia de una copia de un documento de por sí ilegible.
"Ej mi... ejpojo" repetía la señora apuntando al papel. Le di unos vistazos al azar, alcancé a ver el nombre de un sujeto, una suma de dinero desglosada, y las palabras fúnebere, funerarios, y funeral distribuidas por el documento.
La mujer me seguía mostrando sus inmensos dientes con un rostro de vergüenza que usualmente ponen los niños cuando están frente a un montón de adultos esperando alguna gracia o canción.
Viendo pues la situación, diseñé en mi cabeza las suposiciones más cercanas de lo que estaba en realidad pasando, y mis conclusiones posibles fueron las siguientes:
En fin, una tarde estaba yo viendo la televisión en casa, cuando tocaron la puerta. Nunca contesto el teléfono ni abro la puerta de mi casa, pero mi padre me mandó abrir, ya que no había nadie más.
Se trataba de una mujer, una mujer jodidísima. Gorda, con dientes de caballo, cabello descompuesto y ropa gastada.
Cuando le hice ademán de ¿qué se le ofrece? (lo cuál obviamente ya suponía, pero hay que seguir el protocolo), la mujer sonrió de modo avergonzado. La sonrisa más fea y más introvertida que haya yo visto. Entonces balbuceó: "ej que... ej que yo..... ej que......... ej que no cuedo.... no.. cuedo...... ej que yo .......... no cuedo ......... no cuedo...".
Subía y bajaba la mano por su rostro como diciendo (o como yo entendiendo) que tenía parálisis en la cara, sin dejar de sonreír, o mejor dicho, de estirar los labios de izquierda a derecha.
"No le entiendo, señora" dije amenazando con cerrar la puerta si no me demostraba que darle mi tiempo era más importante que ver Mythbusters.
"Ej que mi ejpo.... mi ejpojo..... ej que..... no cuedo ......... mi ejpojo...... ej mi ejpojo....."
Entonces me tendió un papel que traía consigo. Lo tomé dando por hecho que se trataba de los clásicos discúlpeme, soy sordomudo, por favor ayúdeme con una cooperación y que dios lo bendiga hoy y siempre.
Para mi sorpresa, el papel no decía eso; se trataba de la copia de la copia de una copia de un documento de por sí ilegible.
"Ej mi... ejpojo" repetía la señora apuntando al papel. Le di unos vistazos al azar, alcancé a ver el nombre de un sujeto, una suma de dinero desglosada, y las palabras fúnebere, funerarios, y funeral distribuidas por el documento.
La mujer me seguía mostrando sus inmensos dientes con un rostro de vergüenza que usualmente ponen los niños cuando están frente a un montón de adultos esperando alguna gracia o canción.
Viendo pues la situación, diseñé en mi cabeza las suposiciones más cercanas de lo que estaba en realidad pasando, y mis conclusiones posibles fueron las siguientes:
1.- La mujer mató a su esposo (o ejpojo, en este caso) y quería que los vecinos la ayudáramos a ocultar el crimen.
2.-La mujer junto con su ejpojo, quería abrir una funeraria pero el gobierno se lo impedía, entonces buscaban levantar firmas entre los vecinos para que se les permitiera.
3.-La mujer me pedía que le leyera lo que decía en el papel, lo cual no habría podido hacer dada la calidad en la impresión del mismo.
4.-Su marido había muerto, y al no poder hablar, se le ocurrió, para informarnos a todos de su cruel pérdida, mostrarnos la factura del funeral (la cual tenía perfectamente cubierta).
5.-La mujer hizo los cálculos de cuánto le costaría matar a su esposo, y quería que le dijera yo si las cuentas estaban correctas.
6.-Había ella olvidado cómo se llamaba su esposo quien murió hace 35 años, y el único documento donde tenía su nombre era la factura del funeral. Pero como no sabía leer, quería que le dijera cómo se llamaba.
7.-Estaba feliz de que su ejpojo hubiera muerto, y quería decirnos cuán contenta estaba, pero tan alegre era que no podía ni hablar por la emoción.
8.-El costo de su operación de parálisis era exactamente el mismo que salió para la cuota fúnebre de su marido. Coincidencia que le impresionaba a tal grado de querer compartirnos a todos su asombro.
9.-Me daba la hoja para sacarle 15 copias más y entonces enviársela a todos mis contactos en menos de 10 horas. Si no lo hacía, me caería la maldición de la gitana embrujada cuyo espíritu marginado vive en las fotocopias y me daría mala suerte durante 100 años y todos mis sueños nunca se cumplirían. Pero si lo hacía bien, a las 5:32 de la tarde la persona que amo llegará a mi vida y seremos por siempre muy felices.
2.-La mujer junto con su ejpojo, quería abrir una funeraria pero el gobierno se lo impedía, entonces buscaban levantar firmas entre los vecinos para que se les permitiera.
3.-La mujer me pedía que le leyera lo que decía en el papel, lo cual no habría podido hacer dada la calidad en la impresión del mismo.
4.-Su marido había muerto, y al no poder hablar, se le ocurrió, para informarnos a todos de su cruel pérdida, mostrarnos la factura del funeral (la cual tenía perfectamente cubierta).
5.-La mujer hizo los cálculos de cuánto le costaría matar a su esposo, y quería que le dijera yo si las cuentas estaban correctas.
6.-Había ella olvidado cómo se llamaba su esposo quien murió hace 35 años, y el único documento donde tenía su nombre era la factura del funeral. Pero como no sabía leer, quería que le dijera cómo se llamaba.
7.-Estaba feliz de que su ejpojo hubiera muerto, y quería decirnos cuán contenta estaba, pero tan alegre era que no podía ni hablar por la emoción.
8.-El costo de su operación de parálisis era exactamente el mismo que salió para la cuota fúnebre de su marido. Coincidencia que le impresionaba a tal grado de querer compartirnos a todos su asombro.
9.-Me daba la hoja para sacarle 15 copias más y entonces enviársela a todos mis contactos en menos de 10 horas. Si no lo hacía, me caería la maldición de la gitana embrujada cuyo espíritu marginado vive en las fotocopias y me daría mala suerte durante 100 años y todos mis sueños nunca se cumplirían. Pero si lo hacía bien, a las 5:32 de la tarde la persona que amo llegará a mi vida y seremos por siempre muy felices.
Mientras trataba de seleccionar cuál de mis suposiciones era la correcta, se acercó mi padre y le dio unas cuantas monedas. Jamás habría yo imaginado que era eso lo único que quería.
Llevo 6 años viviendo en una colonia echada a perder y todavía no comprendo muchas cosas. Sin embargo me dio gusto haber siquiera imaginado que una señora así de humilde hubiera tenido la ilusión de levantar una funeraria con su familia.
Para cuando volví a la sala, Mythbusters se había acabado.
Llevo 6 años viviendo en una colonia echada a perder y todavía no comprendo muchas cosas. Sin embargo me dio gusto haber siquiera imaginado que una señora así de humilde hubiera tenido la ilusión de levantar una funeraria con su familia.
Para cuando volví a la sala, Mythbusters se había acabado.
6 comentários:
Jajajaja... Buenísimo.
En resumen:
-jajajajajaja-
Sólo me quedo la misma duda de cuando vì "Ringu" (The ring, El aro), como el dichoso papelito era practicamente ilegible, llegarìa un momento en el cual todo esa parafarnalia de fotocopiarlo y transmitirlo serìa imposible; entonces ¿a huevo alguien se jode al final no?
no Pos imaginese. Yo vivo en una colonia que en más de cincuenta años no ha cambiado nadita (o esos dicen todos, ami sólo me constan 16).
La ciudad crece y crece se llena de moll, antros, cada vez se ven las distribuidores viales y por mis rumbos siempre es lo mismo. Y como es una colonia vieja pues todos los que viven por aca son viejitos. jejeje
me gusto su anecdota
pordioseros... nunca les des comida, les hace daño y te demandan.
Hay Samy, jeje estuvo muy entretenido saludos. :s
Esrá bien cura jaja, neta que la granjas está bien pirata, de todo pasa y también tiene muchos arroyos con basura y girasoles jajaja, chido samy
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