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Prométeme
tu sangre.......................idónea.
he reunido el vaivén de tus caderas.
Una luna sin nombre
dos cuerpos se devoran..................apartados.
Como el dolor que clava la garganta
en tu sexo. Corteza fina que descubro al bajar tu falda
abajo
abajo
ya te encuentro.
Tomas con tus ojos el vuelo de la flama
trozo de mi vida, me haces danzar bestializado
como quien te engulle con los propios dientes.
Mi embarcación de mil deseos
tu nombre como elixir (la vena de mis venas)
rompeholas, diurnicida, tragalientos minúsculo
separada del mundo en mi cama;
me truenas como nube al final de la muerte
y me traes
de vuelta
para empezar
de nuevo a penetrarte
de nuevo a estar vivo
y conocer tus alrededores
con tu sangre, con tu extensa lenguaaaaaaa
impregnar mi sudor de tus pudores
y suspenderme en el tiempo
para quedarme contigo
en tus ojos..........................................a lo lejos
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quinta-feira, 30 de agosto de 2007
sexta-feira, 17 de agosto de 2007
Sólo puedes pisar en la sombra
domingo, 12 de agosto de 2007
La Mujer Tragafuegos: Capítulo 1 Necrofagia. (Tentativo)
Debo admitir.
Una noche me pareció asombroso; los pasillos tan secos, chupándole las energías a la gente con no sé qué derecho. Mi lámpara era un ojo mal lubricado pero literalmente observador. Yo lo veía todo, lo que se dice todo. Piedras, flores bonitas, flores malas, el hedor entre la niebla de un pueblo figuradamente establecido.
-¡Señor, señor! ¡La tumba 24-F está saqueada!
No recordaba en ese entonces en dónde quería pararme. Me bastaba saberme útil entre los muertos y los vivos, unos me veían como cuenta bancaria de pesadumbres, y otros no tenían idea que eran prisioneros míos (mucho cuidado con que se enteren de eso). Supe de los decesos más desagradables y me aferré a no sentirlos yo cuando los viese a cada uno de frente como castigándome porque yo sí vivía. Poco a poco esos fantasmas desgastaron mi tendencia a sentir la vida; ahora lo apenas entendible en mi cabeza era el polvo que soltaban los muertos fermentados, como practicándome esa necrosíntesis que tienen.
-¡Señor, señor! ¡La tumba 24-F está saqueada!
De lo que sí me acuerdo es del espasmo diario. ¡Cómo lo tengo presente, carajo! Muerto tras muerto cruzando mi ventana, seguido por montones de vivos y tres o cuatro muertos más. Los he visto tantas veces, me han mostrado sus ojos otras tantas, y en ellos veo eso con lo que pretenden espantarte en las iglesias. Ya nada me impresiona porque puedo ver directo a los sepúlvedos miedos de una persona muerta.
Debo admitir.
Ahora viene este cabrón diciéndome que la tumba 24-F está saqueada.
Reviso los archivos, más viejos (más sabios) que uno.
Saira Hazel. 1985 -1999
Objetos de valor: Jarrón de porcelana, lápida mármol con cruz metálica. El año pasado le depositaron 3 crisantemos.
-¿Qué es lo que falta, Abel?
-Falta ella, señor.
quinta-feira, 9 de agosto de 2007
Copilante
-Es que me da miedo. Cuando se acabe esa canción nos cambiamos-
-Okey. Se acaba y ya-
(Qué finura tu nariz, tu cara. Dictan por dónde se llega a cada una de mis muertes donde me encadeno a ratos. Ratos que me besas, ratos que desaparezco ahí en la prisión de tus dientes, tu silueta de perfil, tus ojos atentos)
-Pisa el freno-
-¿El de acá?-
-No, el otro-
-Ah-
(¿Cuánto me podrá soportar esta mujer? ¿Cómo puedo yo, tan sujeto en dos balances, hacer sonreír a esta niña tan cercana a esa luz que siempre rechacé?)
-Suéltalo despacio, todavía no aceleres-
-No puedo-
-Ya agarraste el camino ¿ves que sí puedes?-
(Tal vez yo no entenderé quiénes somos. Energías contaminándose entre ellas, futuros efectos de viejos amores. No sé; entre todas estas piedras de carne y letras que me contraen, he de tener algo que te guste, algo que no cambiarías por nada jamás)
-¡Hay muchos carros! ¡Le voy a pegar al blanco de ahí!-
-No, no les pegas. Frena un poco antes de torcer el volante para que cierres más la curva-
-Está muy duro el volante-
-Ya sé, ya sé. A ver, te ayudo-
(Saber que existes, perdición colosal, perfección del rostro alunado. Saberte tangible me obliga a sentir pasión por el canibalismo. Tu cuerpo se camina y me sonríe al mismo tiempo)
-No alcanzo a ver si vienen carros-
-Acércate más para que veas-
-Pasan muy cerquita-
-No, sí libras. Mantente en este carril y sigue a ese carro blanco-
-¿Por dónde me voy?-
-En el semáforo yo te aviso. Hazte más para acá, amor, estás invadiendo el otro carril-
(¿Cuánto tiempo serás capaz de poseer mi inexactitud, mi desvarío a estar tan roto por los siglos de los siglos? ¿Sabrás tentar mis sueños y construir nubes conmigo ahí donde nos ocultamos de los ojos gatunos porque se saben lejos de nuestros mares voladores? Lejos de ti que estás presente en cada centímetro porceláneo de mi propia estructura como vértebra despertando a una serpiente)
-Pon neutral-
-¿la N de aquí?-
-Sí, la N. El carro se va a hacer para atrás. Ahora sí tuércelo a la izquierda y colócate detrás de la camioneta-
-No alcanzo a ver-
-Yo te aviso, tú dale. Ya, frena. Gira el volante y dale en reversa-
(Y todavía me arañas la espalda como si no pudiera sentir tus manos. No me alcanza la voz para decirte que de aquí nunca te desvaneces.)
- Gracias ¿Ahora cómo le saco la llave?-
(¿Sabré contener por siempre a esta mujer de besos amuñecados?)
-¡Oye!-
-¿Ah? ¿Qué, qué?-
-Cómo saco la llave-
-Ammh... gírala hacia atrás-
-¿Qué estabas pensando?-
-En nada, mi amor; no era nada...-
-Okey. Se acaba y ya-
(Qué finura tu nariz, tu cara. Dictan por dónde se llega a cada una de mis muertes donde me encadeno a ratos. Ratos que me besas, ratos que desaparezco ahí en la prisión de tus dientes, tu silueta de perfil, tus ojos atentos)
-Pisa el freno-
-¿El de acá?-
-No, el otro-
-Ah-
(¿Cuánto me podrá soportar esta mujer? ¿Cómo puedo yo, tan sujeto en dos balances, hacer sonreír a esta niña tan cercana a esa luz que siempre rechacé?)
-Suéltalo despacio, todavía no aceleres-
-No puedo-
-Ya agarraste el camino ¿ves que sí puedes?-
(Tal vez yo no entenderé quiénes somos. Energías contaminándose entre ellas, futuros efectos de viejos amores. No sé; entre todas estas piedras de carne y letras que me contraen, he de tener algo que te guste, algo que no cambiarías por nada jamás)
-¡Hay muchos carros! ¡Le voy a pegar al blanco de ahí!-
-No, no les pegas. Frena un poco antes de torcer el volante para que cierres más la curva-
-Está muy duro el volante-
-Ya sé, ya sé. A ver, te ayudo-
(Saber que existes, perdición colosal, perfección del rostro alunado. Saberte tangible me obliga a sentir pasión por el canibalismo. Tu cuerpo se camina y me sonríe al mismo tiempo)
-No alcanzo a ver si vienen carros-
-Acércate más para que veas-
-Pasan muy cerquita-
-No, sí libras. Mantente en este carril y sigue a ese carro blanco-
-¿Por dónde me voy?-
-En el semáforo yo te aviso. Hazte más para acá, amor, estás invadiendo el otro carril-
(¿Cuánto tiempo serás capaz de poseer mi inexactitud, mi desvarío a estar tan roto por los siglos de los siglos? ¿Sabrás tentar mis sueños y construir nubes conmigo ahí donde nos ocultamos de los ojos gatunos porque se saben lejos de nuestros mares voladores? Lejos de ti que estás presente en cada centímetro porceláneo de mi propia estructura como vértebra despertando a una serpiente)
-Pon neutral-
-¿la N de aquí?-
-Sí, la N. El carro se va a hacer para atrás. Ahora sí tuércelo a la izquierda y colócate detrás de la camioneta-
-No alcanzo a ver-
-Yo te aviso, tú dale. Ya, frena. Gira el volante y dale en reversa-
(Y todavía me arañas la espalda como si no pudiera sentir tus manos. No me alcanza la voz para decirte que de aquí nunca te desvaneces.)
- Gracias ¿Ahora cómo le saco la llave?-
(¿Sabré contener por siempre a esta mujer de besos amuñecados?)
-¡Oye!-
-¿Ah? ¿Qué, qué?-
-Cómo saco la llave-
-Ammh... gírala hacia atrás-
-¿Qué estabas pensando?-
-En nada, mi amor; no era nada...-
quinta-feira, 2 de agosto de 2007
Erótica III
Llevas en cuerpo el paraíso portátil
del que surgen
mis terribles desvaríos.
A veces inconciente,
a veces enfermado
Las noches se dan
cuando beso tu ataúd
poseído.
Devoro entre cortinas rasgadas
el tono
(ese lunanegro),
de los colores en tu entrepierna.
Pareces un misterio
investigado por mi lengua
y parezco un espectro
protegido en tu trinchera.
No me expulses
diosa del altar [moreno],
de tus mares inhóspitos; endulzantes.
Déjame llenar tu edén de unicornios
y seamos leyenda sexual
entre todos los amantes.
Seamos.
A veces
inconciente,
a veces
enfermada.
Te encantas de mi sangre, y yo bebo
bebo de tus lluvias.
Y te llenas de mis ansias
te comes mis temores
en las noches posesa del conmigo,
pequeña poesía de ultratumba.
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